jueves, 1 de marzo de 2012

denuncia social mundial


El corazón continúa en las tinieblas en el siglo XXI.

All Europe contributed to the making of Kurtz; and by-and-by I learned that, moso approprately, the International Society for the suppression of Savage Customs had instrusted him with the making of report, for its future guidance.

The horror!, The horror!

Heart of Darkness (Joseph Conrad)

Últimamente estoy un poco inquieta, y es que me doy cuenta de que estamos viviendo en un mundo de algodón en el que no vemos ni queremos ver lo que está sucediendo alrededor.

Esta semana escuché por la radio la situación en La República Democrática del Congo. Y os preguntareis, ¿Qué tengo yo que ver con el Congo?, y recuerdo la tira de Mafalda leyendo el periódico y luego mirando la bola del mundo, y dice “menos mal que el mundo queda tan lejos”.

Y eso es lo que nos pasa. Pero no, al Congo y los asesinatos sistemáticos que allí se están cometiendo los tenemos justo aquí, debajo de nuestros dedos en este mismo momento. Yo, concretamente, estoy tecleando sobre lo que vienen siendo 2 mujeres violadas brutalmente, una niña violada más brutalmente todavía, dos muchacho asesinados delante de sus padres para que no pueda nunca coger un hacha o un fusil y un adulto torturado hasta morir delante de su mujer y sus hijos. ¿Qué no?

Decía una colaboradora de una ONG que Congo es como un lago lleno de recursos alrededor del cual hay insaciables pescadores sacando su riqueza a destajo, sin descanso, y no dejando nada para los habitantes del lago, en primer lugar, estos pescadores son por un lado los países de alrededor, Uganda, Ruanda, Angola o Sudán. Por otro lado países europeos como Francia y Bélgica principalmente, y por último multinacionales sin escrúpulos de Australia o Estados Unidos. Pero ¿Cuáles son estas riquezas que atraen a tanta gente? Todos sabemos que en ese lugar hay una gran cantidad de piedras preciosas, diamantes, incluso una cantidad considerable de oro, pero lo que más problemas está ocasionando es un mineral llamado coltán del que se extrae el estaño. ¿y para qué sirve el estaño?, pues amigos, y ahí entramos TOD@S NOSOTR@S, ¡ese estaño es el que hace que las baterías de nuestros móviles y de nuestros portátiles duren horas e incluso días!. Pero esto no acaba ahí, ¿Cómo vamos a creer que los europeos civilizados entren en un país a robar y matar y violar chicas solo para hacer móviles? No hay más ciego que el que no quiere ver.

Resulta que todo el coltán que se importa vuela desde Ruanda, y eso tiene una explicación muy sencilla, si os fijáis en el mapa, la república del Congo es gigantesca, según decía un conocedor del tema en el reportaje, si imaginamos que la frontera oeste es Portugal, y la este sería Polonia, haceros una idea, en un país subdesarrollado.

Pues la historia empieza en Ruanda, ¿recordáis las matanzas que salían por la tele hace unos años, de gente con hachazos en la cabeza y miles de aldeas arrasadas? Eso era una guerra étnica, pero no tanto, era una guerra del gobierno y sus los militares contra el pueblo, contra una etnia en particular que quisieron exterminar (lo que viene siendo un genocidio), y que arrinconados y casi sin recursos huyeron cruzando la frontera a la maltrecha pero rica en recursos República del Congo. Lo que pasa es que el presidente de Ruanda no se conformó con tenerlos fuera del país, y fue a por ellos, y la lucha continúo en este laberinto de selvas y tierras arrasadas. Y viendo la riqueza y la facilidad con que pudieron someter al gobierno y a la gente, decidieron crear allí una especie de corredor, pero no humanitario, sino de expoliación, ya que nada de lo que sale de allí tiene impuestos que queden en el país, ni aranceles o aduanas, ni siquiera son los habitantes congoleños los que disfrutan de los beneficios, y eso que son ellos los que extraen los minerales por un plato de comida al día si llega y a merced de cualquier apetencia por parte de sus amos, pues es un sistema tan esclavista o peor que el que había en norte América en el siglo 18. Todo lo que se extrae llega a Ruanda y desde allí es desde donde se distribuye al resto de países que lo demandan, por dos duros y muchas muertes y vejaciones. Bueno, en realidad desde allí va a Asia a que monten los ordenadores y los móviles en régimen de semiesclavitud, pero de eso sí hemos oído bastante. Si preguntas a una multinacional digamos Apple, te dirá que ellos lo compran en Ruanda, o Uganda, pero se da la circunstancia de que allí no hay ni una sola mina de coltán, o estaño o de nada, pues no es tierra de minerales.

Y hoy precisamente me llama una chica sudamericana de Vodafone para ofrecerme un móvil gratis y las tarifas más bajas del mercado. He estado a punto de contarle todo esto, pero he optado por despedirla cálidamente deseándole una feliz tarde. Ya tengo bastante en mi conciencia con dos ordenadores portátiles y dos móviles que funcionan. Pero como me he quedado con las ganas de contarlo, me he sentado ante mi ordenador y lo he hecho. No sé si me quedo más a gusto, en realidad no me alivia nada la conciencia, pero al menos hago algo más conscientes a otros que se quieran parar a leer todo esto. Y eso es suficiente, por ahora, aunque a las niñas las siguen violando, y a los niños los siguen matando delante de sus padres. Y yo pienso en mis sobrinos, en los niños de mi instituto, en los de mi barrio, y doy gracias de haber nacido en esta parte del mundo donde nos manifestamos pacíficamente por los recortes, y donde un pobre recibe ayudas del estado, de una asociación benéfica o de sus vecinos, donde una familia puede mantenerse unida hasta que los abuelos mueren de viejitos. Doy gracias por todo eso, y por mucho más, y deseo con todas mis fuerzas que todo lo que he escrito deje de ser.

Maria Luisa Saavedra Bosque

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