domingo, 19 de febrero de 2012

¿educar?, ¿en qué?


Estuve en un congreso este fin de semana en Málaga, (por cierto, una bonita ciudad) que tenía por título Ciencia y espiritualidad, bueno, en realidad solo estuve en 4 conferencias una mañana, pero me bastaron para saber el sentido profundo de por qué se dan congresos de este tipo.
Uno de los ponentes comentaba lo siguiente:
La tragedia de la educación es que ha estado al servicio del sistema, para perpetuar el sistema poco equitativo y estúpido que tenemos. Debemos agregar el elemento espiritual ya que nadie aprende a amar leyendo libros sobre amor.
Me pareció muy inspirador el asunto, y yo, como educadora, me vi sin darme cuenta perpetuando el sistema a pesar de los grandísimos esfuerzos de salirme de él desde dentro, ¡qué paradoja, no!, mi reflexión es la siguiente, yo también he sido educada dentro del sistema para perpetuar el sistema, y no tengo referencias, no tengo herramientas para hacerlo de otro modo, sé que hay otro modo, sé que es necesario otro modo, pero es casi imposible implantarlo en el aula, en el centro, en el día a día, pues carezco de un plan, de una estrategia, y sobre todo, me encuentro sola ante esta tarea, sin referencias, sin un equipo que acuerde conmigo un modelo de actuación. Entiendo que los niños necesitan otras formas pues el mundo es muy diferente al que era hace 20 años, pero seguimos usando los mismos métodos que hace 20 años. ¿qué estamos haciendo? ¿dónde está la personita que tenemos delante? ¿qué le estamos aportando además de conocimiénto y pautas de coportamiento? parece que solo estoy atenta a su actitud y a su cerebro, y ya sabemos o deberíamos saber que la persona no es su cerebro, así que el resto de la persona queda totalmente desatendida. Cuando el conferenciante se refiere al elemento espiritual yo entiendo que se refiere a aquello que está vivo en la persona. aquello que necesita atención en ese momento, los valores no ya morales, pues estos son básicamente acuerdos para convivir, que van cambiando según conviene y va pasando el tiempo, sino éticos, es decir, unos valores que nos sirvan de referencia y que aplicando la conciencia nos permitan hacernos responsables de nuestros actos, que nos permitan tomar decisiones teniendo en cuenta nuestra necesidad y la del otro.
Me planteo qué estamos haciendo sin querer, que consecuencias tendrá seguir en el empeño de perpetuar un sistema que se demuestra todos los días que no es válido, y que se convierte en un verdadero laberinto del que prácticamente todos salimos desvalorizados ( en dos sentidos: sin valores y sin la sensación de ser válidos para lo que viene después, LA VIDA).
y bueno, aquí podría seguir reflexionando hasta dejarme la vista en la pantalla.
Me gustaría recibir comentarios sobre el tema, que se piensa? que se siente por ahí, en el gremio y fuera de él,
y otra reflexión al hilo de esto sería: ¿cual es el sentido verdadero de nuestras movilizaciones? que no trabajemos dos horas más, que no nos bajen de nuevo un 3% del sueldo, y que no nos manden al paro en verano? o pedimos un cambio radical en el sistema, una verdadera revolución que nos permita formar ciudadanos libres, pero claro, es que un cambio radical en el sistema es contraproducente para el sistema, es la autodestrucción, es morir para renacer como algo absolutamente nuevo, y eso, ¿estamos dispuestos a hacerlo? ¿o mejor rezamos virgencica que me quede como estoy, con lo que me ha costao, y ya veremos lo que pasa? no sé, gente. no sé.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me perece a mí:
Que este "elemento espiritual" por su definición genuina, y en contra de los planteamientos "del sisitema", no podrá o no debería verse incluido formalmente en un currículum oficial. La educación de (o en) Valores -reales- no deviene del proceso regulado Motivación-Resultado, no es asimilable de manera "Democrática". Es, además, un proceso cualitativo que sucede en la interacción del ser humano, por lo que la manera del profesor de humanizar el aula es únicamente ser humano y observar y respetar sus manifestaciones. ¿Y cómo puede ser -auténticamente- humano un profesor...?

Hay que observar que la No-inclusión de una apuesta Moral o Ética en el aula, por el miedo del estigma de estar condicionando y adoctrinando, es otra forma de adoctrinamiento: Valoraré únicamente el aprendizaje en las competencias reguladas por el sistema.

Aquí el sistema es como una casa, presenta sus pilares, sus determinaciones inamovibles de manera individual -y que para modificarlos, se necesita un gran equipo profesional y bien dotado para la construcción-; otras determinaciones sólidas pero -con esfurzo y determinación- variables: los tabiques que determinan nuestros ámbitos de competencia. Los tabiques se tiran, se hacen nuevos, se pintan, se les cuelgan cosas, etc..; hasta llegar a los espacios delimitados: en ellos formamos la familia, nos juntamos los amigos, celebramos, buscamos un crecimiento interior común... sentimos y vivimos.

Un saludo.