Un día el Maestro me dijo:
¡Inclínate para oír el pulso de la tierra!
Y así recliné mi cabeza sobre la hierba.
Más tarde el Maestro preguntó:
¿qué escuchas?
Tan sólo mi corazón respondí.
Entonces, él declaró:
¡La tierra sigue viva!
Pedro Javier Alcaraz El maestro y la luz
¡Inclínate para oír el pulso de la tierra!
Y así recliné mi cabeza sobre la hierba.
Más tarde el Maestro preguntó:
¿qué escuchas?
Tan sólo mi corazón respondí.
Entonces, él declaró:
¡La tierra sigue viva!
Pedro Javier Alcaraz El maestro y la luz
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